KarmaZoo es, sin duda, uno de los juegos más únicos del mercado. Desarrollado por Pasta Games y publicado por Devolver Digital, este título ha venido a cambiar la forma en que jugamos a videojuegos. Sin grandes pretensiones técnicas, su equipo tenía una visión clara: Recompensar a los mejores jugadores. Mejores en cuanto a actitud, no en cuanto a habilidad, claro. Aunque también importa lo segundo. KarmaZoo está ya disponible para PC a través de Steam y Epic. En consolas, lo podemos jugar en Nintendo Switch, Playstation y Xbox. O, lo que es lo mismo, está disponible para todas las plataformas. Y con crossplay.
KarmaZoo: Ser buena persona tiene recompensa
Como decíamos, en KarmaZoo el objetivo no es ser siempre el que mejor juega, sino el que más ayuda al resto. El juego cuenta con dos modos, el Modo Tótem, que es un multijugador local competitivo, y el Modo Bucle, que es un multijugador online cooperativo. Este segundo es el modo principal de juego y el que tiene crossplay. En este modo seremos un equipo de 10 jugadores y deberemos superar 5 niveles en conjunto, recogiendo fruta en el proceso. Cuando mueres, dejas una lápìda que puede ayudar al resto. Sin embargo, si pasamos mucho tiempo separados del grupo es cuando moriremos del todo, convirtiéndonos en fantasma.
Lo más importante, más allá de superar los niveles como tal, es conseguir Karma. ¿Y cómo se consigue? Realizando buenas acciones. Crear una plataforma para que otro usuario pase, aupar a un compañero o romper un obstáculo serán ejemplos de acciones que generan Karma. Aunque cuando más conseguiremos es cuando otros jugadores nos manden un beso de Karma, agradeciendo nuestra ayuda. El karma total recopilado luego se dará a todo el grupo. Te metes tanto en este simpático sistema que hay gente que te enfada porque no es maja y el juego va de dar amor. La fruta la utilizaremos entre rondas para, democráticamente, elegir una carta de bonificación que nos ayude en ese nivel. La mejor bonificación es, sin duda, la de consejos inútiles.
El multijugador, aspecto clave
En KarmaZoo la clave es cooperar para avanzar. Sin embargo, hay veces en las que también nos apetece competir. Para suplir esas ganas está el Modo Tótem, un competitivo de sofá en el que iremos jugando diferentes rondas de minijuegos. No entraremos mucho en detalles en este modo porque ya lo hicimos en las impresiones de la Gamescom, pues fue el modo que pudimos probar allí. Solo decir que lo calificamos como «un juego increíblemente divertido como party game, tanto online como de sofá». Podéis leer las impresiones aquí.
Otro punto en que el multijugador de KarmaZoo es clave es el su «pase de temporada». A diferencia de otros juegos, donde las recompensas se pagan con la tarjeta, aquí se ganan con Karma. El «KarmaPass«, como han llamado desde Pasta Games a este sistema, se basa en conseguir Karma a nivel mundial. Cada corazón que consiga un jugador se sumará al total y con el acumulado de todos los jugadores en la historia se irán desbloqueando recompensas. Las recompensas pueden ser nuevas estatuas, nuevos emojis o nuevos minijuegos. El KarmaPass y el Modo Bucle son, en conjunto, la reversión del multijugador online como lo conocemos. Si bien no es el primer juego que hace algo así, sí es el que más allá lo ha llevado, basando toda su jugabilidad en la cooperación y en ser buena gente en un mundo donde el online se centra en el competitivo.
Estatuas y secretos, una gran rejugabilidad y un estilo único
A pesar de su simpleza, KarmaZoo tiene mucho para ofrecer. Si bien podría parecer que te puedes cansar al par de horas por tener solo dos modos, lo cierto es que no es así. Cada partida del Modo Bucle es única. Además, el juego tiene una gran cantidad de estatuas, que actúan como skins y nos otorgan habilidades únicas. Las estatuas se liberarán con Karma y, siguiendo con la intención del juego, las más caras (y por tanto, las que consiguen aquellos que más juegan) son las más útiles no para avanzar uno mismo, sino para ayudar a los demás. Pero no queda todo ahí, pues el Santuario, la zona principal, tiene secretos para los más observadores, incluidos algunas estatuas que no se pueden conseguir de otra forma. Por último, por si no fuera poco, hay cuatro constelaciones que contienen a todos los personajes y con misiones que realizar, dando una capa extra a la rejugabilidad.
En definitiva, KarmaZoo…
En definitiva, KarmaZoo es un juego que da un giro a cómo entendemos el multijugador y te hace mejor persona al jugarlo. Vivimos en un mundo donde el online se basa en la competición y vemos cada día más comportamientos violentos y tramposos, KarmaZoo llega para que cooperemos y nos obliga a ser mejores personas en cada partida. Nos llegamos incluso a enfadar cuando alguien juega de forma egoísta.
Por supuesto, no es el juego del año, aunque tampoco pretende serlo. En su apartado gráfico y sonoro se nota alguna limitación más, pero el trabajo y la idea de PastaGames es encomiable. Aunque, eso sí, se echa en falta un multijugador local en el Bucle. Si hay algo que puede ejemplificar lo que hemos sentido jugándolo, eso es que al terminar de analizarlo lo hemos comprado para otra plataforma para poder jugar más en cualquier parte. Y es que el precio también lo facilita. Por último y como siempre, si queréis conocer más juegos y novedades os esperamos aquí, en Área Xbox.